¿QUÉ ES EL ZODIACO?

astrologia carta astral carta natal zodiaco May 03, 2023
Exlicar que es el Zodíaco

Para saber lo que es el zodíaco vamos a revisar este tema desde el punto de vista de la etimología de la palabra, desde su uso en calendarios y medición de las Eras, y también desde los arquetipos que representa. Espero que teniendo esta perspectiva amplia termines este artículo sabiendo lo que es el zodíaco.

 

DESDE LAS PALABRAS...

 

Comencemos esta investigación con la etimología de la palabra zodíaco. La palabra más reciente proviene del inglés antiguo zodiak, seguida de zodiaque del francés antiguo. Ambas surgieron del latín zōdiacus, que a su vez tiene su raíz en el griego antiguo. La palabra raíz griega es zôion, el participio presente del verbo vivir, luego se transformó en su diminutivo zṓidion o “pequeñas representaciones o imágenes de seres vivientes” y finalmente se agregó el sufijo ikós, “perteneciente o relativo a”. Así llegamos a la expresión zōidiakós kýklos, que podemos traducir como “círculo concerniente a las imágenes de seres vivos” o “rueda de la vida representada en pequeñas imágenes”. Sin embargo, la raíz etimológica más antigua proviene del proto-indo-europeo. Este último eslabón es la expresión gíh weti, que en español se escribiría “yi veti” (vivir o estar vivo) o su raíz gew (moverse).

Los lingüistas consideran el sánscrito como una de las lenguas más cercanas al proto-indo-europeo, y en este caso, nos entrega otra fuente valiosa para entender el sentido original del zodíaco. El equivalente en sánscrito de la expresión gíh weti sería जीिवत jīvita, con el mismo sonido “yi”, que significa “ser vivo” o “tiempo de vida”.

En el latín encontramos la palabra vita y en español “vida” con el mismo significado, pero curiosamente su raíz etimológica viene del proto-indo-europeo weyd (ver) y del proto-indo-ario vedyā́ (conocimiento).

El nombre védico de lo que hoy llamamos zodíaco es kalarupa “cualidad o forma del tiempo”, o kalapurusha “tiempo personificado”, y tal como sus nombres indican, se las asociaba al espacio-tiempo y a la evolución. Esta “rueda del espacio-tiempo” conocida en los Vedas como कालचक्र kālacakra estaba dividida en doce signos llamados रािश rāśi. La palabra rāśi significa “una cantidad”, “un número de cosas” o “porción de luz”. Las cantidades y cosas a las que se refiere esta palabra son los segmentos de treinta grados de arco de lo que hoy conocemos como signos zodiacales, y por eso se alude a la porción de luz que traza el camino del Sol. El conjunto de segmentos de luz conforman un plano llamado eclíptica.

Es interesante destacar que los orígenes comunes de las palabras zôion, vedyā́, y weyd vinculan a la vida, el conocimiento y la capacidad de ver. Esto sugiere que el zodíaco es una representación de la rueda de la vida con imágenes que nos ayudan a ver y adquirir conocimiento real.

 

DESDE LA ASTRONOMÍA...

 

A nivel astronómico, la eclíptica es un plano producido por el movimiento aparente del Sol desde la perspectiva de la Tierra. Este movimiento es en realidad el eje de traslación de la Tierra en torno al Sol. Cuando dividimos la elipse longitudinalmente obtenemos cuatro partes de noventa grados de arco cada una. Estos cuadrantes se dividen por los puntos de los equinoccios donde comienzan Aries y Libra, y los solsticios donde comienzan Cáncer y Capricornio. Los equinoccios son los puntos de intersección del ecuador celeste con la eclíptica, haciendo que los días y noches tengan igual duración. Los solsticios se determinan cuando el Sol de medio día está perpendicular a la tierra a la altura de los trópicos de igual nombre.

Hasta ahora hemos hablado de un plano bidimensional, pero la franja zodiacal tiene una altura a la cual llamamos latitud eclíptica. En el diagrama siguiente vemos cómo los planetas demarcan la latitud norte y sur de esta franja debido a su inclinación orbital respecto del plano de la eclíptica. Cada planeta realiza su órbita de traslación alrededor del Sol con una inclinación respecto a este plano, siendo Mercurio el de mayor inclinación con 7° aproximadamente y, por lo tanto, quien define los límites de latitud norte y sur de la franja zodiacal. Así obtenemos una franja que contiene las órbitas planetarias con un total de 16° como podemos ver en el diagrama siguiente.

Ahora ya sabes lo que es el plano de la eclíptica y podrás entender cómo se combinan dos planos diferentes. Si la Tierra rotara en el mismo plano en el que orbita, no tendríamos días y noches de distinta duración y tampoco estaciones definidas. En realidad, la Tierra rota en su eje con una inclinación de 23°45’ respecto a la eclíptica. Esta inclinación, llamada oblicuidad de la eclíptica, es la responsable de las diferentes estaciones del año. En el siguiente diagrama vemos el plano de la eclíptica que conforma la franja zodiacal y el ecuador celeste, que es una proyección del ecuador terrestre hacia las estrellas.

Los puntos de los equinoccios y solsticios dividen esta elipse en cuatro partes, pero eso nos dejaría con un zodíaco de 4 signos de 90° en vez de 12 de 30°. ¿Cuál es el razonamiento de subdividir estos cuadrantes en tres partes? La respuesta se encuentra en la relación entre el Sol, la Tierra, y la Luna.

Veamos primero cómo la relación entre el Sol y la Tierra definen el año. Desde la perspectiva geocéntrica es el movimiento aparente del Sol hasta completar una vuelta completa, o desde la perspectiva heliocéntrica es el tiempo de traslación de la Tierra en torno al Sol. La traslación terrestre toma 365 días, 6 horas, 9 minutos, 9 segundos y 733 milisegundos o 365,256363004 días. Si dividimos 360 por el tiempo de traslación obtenemos el movimiento del Sol que es de 0,9856262833 grados por día o 29,568788499 en 30 días. Estos números serán importantes cuando integremos la Luna a la ecuación.

El período sinódico (de encuentro) de la Luna es el tiempo que tarda en volver a aparecer en la misma fase en el mismo punto del cielo con relación al Sol, cuando se observa desde la Tierra. Debido a que la luna viaja en la órbita elíptica terrestre, su velocidad angular varía entre 29.27 y 29.83 días, aproximadamente, y su media es de 29 días, 12 horas, 44 minutos, 2.8016 segundos o 29.53 días. El período sideral, en cambio, es el tiempo que tarda el objeto en dar una vuelta completa alrededor del Sol, tomando como punto de referencia una estrella fija. Este período dura 27 días, 7 horas, 43 minutos, 11.6 segundos o 27,3217 días. En la cultura popular esto ha dado pie a la confusión de que el período lunar es de 28 días, lo cual es solamente un absurdo promedio de dos planos de medición diferentes.

Ahora podemos comprender por qué ambas luminarias (Sol y Luna) en relación con la Tierra generan una subdivisión natural de 30 días aproximadamente. Cada vez que vemos la Luna completar un período sinódico en 29.53 días, el Sol a su vez se ha movido 29.56 grados de la eclíptica.

Aquí también se evidencia por qué las mansiones lunares, que son diversos sistemas de subdivisión de la eclíptica en relación con las estrellas fijas, se asociaron a los números 27 y 28. Estos números son solo aproximaciones al número sidéreo real de 27,3217.

 

DESDE LOS CALENDARIOS Y ERAS...

 

Uno de los usos más antiguos e importantes del zodíaco es le medición del tiempo y los ciclos. Esto hizo posible que muchas civilizaciones crearan calendarios y siguieran el paso de las Eras.

El calendario más alineado con los movimientos reales de la Tierra, la Luna y el Sol es el calendario lunisolar. Este tipo de calendario se basa en la combinación de los ciclos de la Tierra alrededor del Sol (año solar) y de la Luna alrededor de la Tierra (mes lunar).

Un buen ejemplo de esto era el calendario lunisolar egipcio, que tenía meses de 29 o 30 días. Para compensar la diferencia entre los meses lunares y el año solar, se agregaba un mes adicional de 5 días, conocido como el mes epagómeno. El sistema de calendario egipcio también incluía un ciclo de cuatro años conocido como Sothis, que se basaba en la estrella Sirio y su aparición en el cielo. El año comenzaba con la primera aparición helíaca de Sirio en el horizonte oriental antes del amanecer, que ocurría alrededor del solsticio de verano. El ciclo Sothis se usaba para ajustar el calendario lunisolar al año solar, pero no se utilizaba para la división de los meses.

Otro ejemplo de calendario lunisolar es el calendario hebreo. Este calendario tiene 12 meses lunares y un año solar de 365 o 366 días. El ciclo metónico es un ciclo de aproximadamente 19 años que se emplea para sincronizar los calendarios lunisolares. Fue descubierto por el astrónomo griego Metón de Atenas en el siglo V a. C. Para ajustarlo, se intercala un mes extra en los años número 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 del ciclo de 19 años. Esto asegura que las festividades religiosas judías, que están basadas en el calendario lunar, caigan en las mismas estaciones del año, y que el calendario se mantenga sincronizado con las estaciones del año en el hemisferio norte. En un período de 19 años, que es casi igual a 235 lunaciones, las fases de la luna volverán a coincidir con las mismas fechas en el calendario solar.

Ahora podemos entender otros aspectos más complejos, como la interacción del zodíaco con las estrellas en la llamada precesión del equinoccio. Espero que si has llegado hasta esta parte entiendas que los signos zodiacales son divisiones de la eclíptica, y que las distintas constelaciones de estrellas “giran” debido al movimiento de rotación de la Tierra sobre su eje.

En resumen, el zodíaco se calcula usando como referencia longitudinal el punto cero de Aries, y los planetas como referencia latitudinal para obtener la franja zodiacal. Sin entrar en astronomía avanzada, podemos entender que para calcular la posición de una estrella lejana debemos emplear un sistema de referencia local y que podamos medir con certeza, este sería nuestro sistema solar.

La precesión del equinoccio es un movimiento lento y gradual de la posición de los equinoccios a lo largo del ciclo anual de la Tierra en su órbita alrededor del Sol. Esto se debe a que la Tierra no es una esfera perfecta, sino que está ligeramente achatada en los polos y ensanchada en el ecuador. Esta forma elipsoidal, combinada con la atracción gravitatoria de la Luna y el Sol sobre la protuberancia ecuatorial de la Tierra, provoca un efecto de torque que hace que el eje de rotación de la Tierra gire lentamente en un movimiento circular, como el giro de un trompo.

Este movimiento hace que el eje de rotación de la Tierra describa un círculo completo en el espacio en un período de 25.920 años llamado el “Gran Año”. Como resultado, la posición de los equinoccios, que son los puntos en los que el ecuador terrestre se cruza con la órbita del Sol, se mueve gradualmente a lo largo de la elíptica. En la precesión, el punto 0° de Aries, se moverá gradualmente a razón de 1° cada 71.6 años en sentido inverso de las constelaciones. Dicho de otra manera, cada 72 años aproximadamente, el equinoccio de marzo comienza un grado más atrás si tomamos una estrella fija como referencia. Cada 2.160 años el equinoccio comienza en una nueva constelación.

Confundir los signos zodiacales con las constelaciones que heredaron sus nombres es un error común. Los signos son porciones de la franja eclíptica y las constelaciones por otro lado, tienen relación con las estrellas. De hecho, las constelaciones modernas poseen longitudes variables y, en cambio, los signos zodiacales son subdivisiones uniformes del espacio. Las civilizaciones que utilizaban el zodíaco para determinar las Eras, utilizaban las estrellas de las constelaciones como referencia para determinar franjas de tamaños uniformes.

Es interesante destacar que civilizaciones como la egipcia, maya, griega, china, india tenían una noción de un gran ciclo vinculado al fenómeno de precesión. Aunque tenían ideas distintas de su duración y subdivisión, existen similitudes importantes en sus ideas.

Varias civilizaciones hicieron grandes monumentos dedicados a estas Eras. La esfinge de Guiza en Egipto, probablemente asociada a la Era de Leo. Los toros Asirios alados de Nineveh llamados Lamasus, posiblemente en honor a la Era de Tauro. Los carneros de los matorrales de Ur, en Irak, y las cabezas de carnero de Karnak en Egipto, rindiendo homenaje a la Era de Aries. Otras culturas utilizaban formas alternativas para subdividir el zodíaco y las Eras. La civilización Babilónica usó 36 constelaciones de 10° llamadas decanatos contenidas en los 12 signos zodiacales. La precesión del equinoccio tardaría 720 años aproximadamente en atravesar un decanato. Los Chinos emplearon 28 mansiones Lunares. En India los 27 Nakshatras de 13°20’’ y una vigesi- moctava llamada Abhijit que cayó en desuso.

Las pinturas rupestres en la cueva de Lascaux en Francia, datada en unos 17.000 años, muestran que una civilización tenía conocimiento del zodíaco y las lluvias de meteoritos conocidas como las Táuridas, que regularmente envían meteoritos a la Tierra. Lo mismo ocurrió en Gobekli Tepe, en Turquía, donde se hace referencia al impacto de un cometa de gran magnitud que causó cambios climáticos similares a los de la Era de Hielo, hace unos 13.000 años. Estos son solo un par de ejemplos para que estemos conscientes que el zodíaco es tremendamente antiguo y que nuestros antepasados los utilizaban para medir el tiempo y predecir cambios radicales en la Tierra. Independientemente de los cambios que se hicieran al zodíaco, o cuáles fuesen sus símbolos originarios, la física y matemática del sistema sigue siendo la misma hoy. Las relaciones de espacio-tiempo trascienden las culturas y su imaginación simbólica, pero el lenguaje de las secuencias, el orden, las jerarquías y las proporciones se mantienen inmutables.

Los signos del zodíaco son considerados aspectos simples en la astrología, no obstante, la interpretación de cómo calcular exactamente un signo varía en todo el mundo moderno. Los griegos, persas, egipcios y el mundo moderno de Europa, incluyendo las Américas, consideran que un signo es un arco de treinta grados de la eclíptica, comenzando por el Equinoccio de Aries. Esto se denomina Zodíaco Tropical, aunque el nombre es algo redundante. Por otro lado, en la mayor parte de India, los astrólogos consideran que un signo es también un arco de treinta grados de la eclíptica, pero medido desde un punto fijo de los cielos estrellados, conocido como el Zodíaco Sideral. Esta diferencia de pensamiento ha sido un obstáculo para la astrología como ciencia, ya que ambos sistemas no pueden ser simultáneamente ciertos. Si quieres saber más sobre esta polémica en el mundo de la astrología puedes leer mi artículo titulado: ¿Zodíaco tropical o Sideral?

Si queremos tener una comprensión madura del zodíaco tenemos que estudiar estas divisiones del espacio eclíptico entendiendo cómo se construyó el sistema, de lo contrario terminamos repitiendo conceptos y palabras clave que con el tiempo, al igual que el juego del teléfono, se van tergiversando y distorsionando. En mi opinión, esta es la razón de que el zodíaco se degradara al punto de hacer el ridículo en los horóscopos del diario y ser ridiculizado en el mundo científico.

 

DESDE LOS ARQUETIPOS...

 

Habiendo explicado lo que es la eclíptica y sus subdivisiones, nos encontramos en mejores condiciones para comprender lo que es el zodíaco. Cabe señalar que el zodíaco es mucho más que un mero cálculo astronómico. Está dotado de significados simbólicos y arquetípicos para la vida humana. La presencia de herramientas humanas o figuras humanas en los signos como Géminis, Virgo, Libra, Sagitario y Acuario indican que más que una colección de animales pequeños, los signos eran una representación de las cualidades y procesos de la vida. Como veremos más adelante, es muy probable que esta rueda haya pasado por múltiples iteraciones a lo largo de la evolución.

A nivel simbólico, los rāśi son considerados como los miembros del cuerpo de Viṣṇu, es decir, manifestaciones físicas y simbólicas de la conciencia divina. Esto significa que la inteligencia del universo se manifiesta a través de los signos con funciones determinadas. Además, el cuerpo humano, hecho a imagen y semejanza de su creador, refleja la misma relación entre lo metafísico y su reflejo material. Las funciones de la conciencia están relacionadas con las distintas partes del cuerpo humano como podemos ver en el siguiente diagrama.

Si quieres saber más sobre el vínculo de Viṣṇu con la eclíptica, te invito a leer el artículo sobre el mito védico de la creación.

Para efectos de este artículo basta con saber que el dios Viṣṇu era un dios menor en el período védico, sin embargo, en el período puránico posterior pasó a ser de los dioses más importantes, representando el principio de mantenimiento de la vida en el universo. El mito védico de la creación del mundo es un relato que contiene información astronómica, astrológica y simbólica relevante para entender lo que es la eclíptica de manera integrativa.

Una de las armas de Viṣṇu, llamada sudarśanacakra, posee algunos nombres muy ilustradores como; “disco de visión auspiciosa”, “rueda del carruaje del Sol”, “rueda del tiempo”, y “disco regente”. Tomando en consideración lo que aprendimos sobre el zodíaco y la eclíptica, podemos ver las similitudes con el disco de Viṣṇu. Los mitos védicos tienen una gran cualidad para integrar conocimientos de planos netamente físicos, con los metafísicos, e incluso espirituales, sin separarlos, como hacemos muchas veces con el pensamiento científico moderno.

El zodíaco es un modelo simbólico de como la conciencia en sus distintos niveles de pureza o claridad se manifiesta en la creación, ya sea en el macro nivel de las grandes Eras o en lo micro de la vida de los individuos. Representa las leyes metafísicas que gobiernan el cambio y los procesos de conciencia que lo movilizan. Este es un tema amplio que cubriré en un artículo dedicado al significado de los signos.

Espero que este artículo te haya servido para encontrar respuesta a tus preguntas y que si alguna vez alguien ridiculiza este preciado y antiguo sistema, tú estés armada o armado de conocimiento para arrojar luz y entendimiento a la conversación.

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